Se escribieron decenas de obras relativo a el. Los más grandes historiadores disecaron su acción y su papel en la historia de Argentina . Su nombre se inscribe en la memoria de los Argentinos del mismo modo que el de Napoleón, en la de los Franceses.

Como si todo un pueblo veía en este hombre la única figura irreprochable de su historia. En un tiempo en que los burgueses dudosos de Buenos Aires tergiversaban, llevará en el Nuevo Mundo, con algunos raros aventureros (O' Higgins, Bolivar...) un combate noble para la independencia de su país.
Aunque acumulando al término de su epopeya los títulos pomposos de Generalisimo del Perú, de Capitán General de la República de Chile, de General de las Provincias Unidas del Río de la Plata, no sacará ninguna gloria personal de sus victorias.
Humanista cuando liberó a los esclavos de las naves que los transportaban en España, respetuoso de las instituciones, se verá negar el derecho a volver de nuevo en Buenos Aires a la cabecera de su esposa moribunda por aquéllos que servía.
Sin odio, pero desalientado por la mediocridad de los políticos de su país, exilera en Europa y entregará el alma en Boulogne-sur-Mer.
Será necesario 30 años para que su país, que le debía tanto, se decida respetar su deseo "que su corazón descanse en Buenos Aires".

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