La inspiración del pintor...

- Los Molinos, ruta 40, entre Cafayate y Cachi

La pintura nació en Argentina al mismo tiempo que la Nación: al principio del siglo XIX.
Ingleses, Franceses, Alemanes, Españoles o Portugueses, periodistas o negociantes, militares o científicos, realizaban croquis para sus cuadernos de bitácora o de viajes. Se traían algunos óleos, litografías en Europa. El viejo continente descubría así estas extensas tierras aún desconocidas y misteriosas.
La invención del daguerrotipo en 1839 no reprimió el talento de los pintores. Los clichés sacados confirmaron esta impresión de inmensidad ya percibida bajo el pincel. Coincidió paradójicamente con el nacimiento de una verdadera escuela argentina de pintura. De vuelta de Europa donde habían ido a aprender el academicismo, jóvenes artistas desarrollaron un estilo personal.
Paisajistas como Martin Malharro (1865-1911), Emilio Caraffa (1863-1939) o Eduardo Sivori (1847-1918), pintores de escenas rurales como Fernando Fader (1882-1935) o Cesáreo B. de Quirós (1879-1969), de escenas de guerra como Ángel Della Valle (1855-1903), debían encontrar la solución para hacer entrar el océano de la pampa, los largos macizos andinos en el espacio reducido del cuadro.
Eligieron oponer a la inmensidad de los paisajes, un primer término, un detalle que podía ser un personaje o un edificio. Fue el caso de ilustradores como Florencio Molino Campos (1891-1959) o Tito Saubidet (1891-1953) cuyos gauchos de silueta y facciones caricaturescas se recortaban en el horizonte infinito de la Pampa.
Hoy aún, fotógrafos y pintores, ante los paisajes argentinos, deben componer una obra que no encierra estos horizontes sin fin. Jorge Frasca, digno heredero de los maestros del siglo XIX eligió colocar en el centro de sus cuadros almacenes, hosterias y pueblos, utilizando con genio las luces del amanecer y del atardecer para dar más profundidad a sus composiciones.

Fuentes : Roberto Vega, "Pintura Argentina : Jorge Frasca" y sitio internet www.jfrasca.com

Esperando que Jorge Frasca no me guarda rencor demasiado haber utilizado 2 de sus espléndidas obras para ilustrar este artículo.

No hay comentarios.: