El sol se levantó sobre Yapeyú

- Sobre la orilla derecha del Rio Uruguay, km 560 de la ruta 14

" Siento el cansancio de la muerte", confiaba San Martín a su hija, Mercedita como le gustaba llamarle. Tenía 72 años. Era en Boulogne-Sur-Mer, en Francia. Se le quedaba pocos tiempos que vivir. Había dejado su país el 10 de febrero de 1824. En 1827 había propuesto de nuevo su ayuda para combatir los brasileños, pero nadie se había dignado responderle.Había querido volver un año más tarde, en 1828. Pero cuando había sabido que su antiguo compañero de armas, Lavalle, había ejecutado sumariamente a Dorrego, se había resignado a dejar definitivamente este continente al cual había dado todo, contrariado por la mediocridad de la clase política de su país.Honorato de los títulos de Generalísimo de Perú, Capitán General de la República de Chile y General de las Provincias Unidas de Río de la Plata, se había cubierto de gloria sobre todos los campos de batalla, al lado de O' Higgins o de Bolívar. Tanto como Napoléon Bonaparte en Europa, se había hecho un ideal romántico.Pero " La gloria es una incomprensión, posiblemente la peor. " Dirá Borges un siglo más tarde.

¿ Cómo entender en efecto que este hombre que todos habrían seguido ciegamente, hubiera sido impedido irse a la cabecera de su esposa moribunda por Rivadavia? ¿ Cómo entender que hubiera estado considerado como un conspirador por ésos mismos que lealmente había servido durante tantos años?" Todo destino, por muy largo y por muy complicado que sea, cuenta en realidad un solo momento: el cuando el hombre sabe de una vez para siempre quien es. " Escribirá también Borges.

¿ En el ocaso de su vida, José de San Martín sab
ía el grandor de su destino? ¿ Veía de nuevo el sol levantarse sobre la orilla de río y sabía por fin quien había sido?Porque era allí, en Yapeyú (1), que todo había empezado: que había nacido el sueño de un hombre para un continente y para un país.
(1) José Francisco de San Martin (25 de febrero de 1778 - 17 de agosto de 1850) pasó los 3 primeros años de su vida en este pueblo donde su Padre, Juan de San Martín y Gómez, había sido nombrado gobernador del departamento. Era el último de una familia de 5 niños.

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