1541: partido unas semanas antes de España, a petición del Rey, para sustituir a Mendoza, Don Alvar Nuñez Cabeza de Vaca (1) había elegido, después de haberlas bordeado, desembarcar sobre las costas brasileñas, evitando así la hostilidad de las orillas del Río del Plata.
Fijándose por objetivo llegar a Asunción, se internó con su expedición, al Oeste, en el bosque tropical. ¿Cuántos peligros estos hombres corajudos tenian que enfrentar? ¿Y qué experimentaron cuando se elevaba ante ellos esta nueva travesura de la naturaleza? ¿Qué sentimientos se habian adueñado de ellos en este momento? La resignación ante un nuevo obstáculo, o la admiración ante tal espectáculo. Probablemente un poco de ambos...
Hoy los acondicionamientos hechas para los turistas permiten apreciar sin esfuerzo ni obligación esta maravilla de la naturaleza. Miles, millones de personas las vieron desde Cabeza de Vaca, y todos, como nosotros, fueron sorprendidos por la fuerza que desprenden estas cataratas y la belleza del marco que las rodea.
(1) Algunos historiadores conceden la paternidad del descubrimiento de las caídas de Iguazu al Portugués Alejo García en 1524.
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