- Plaza de la Republica, Av. 9 de Julio, San Nicolas
Escapando a la razón, todo un país, todo un pueblo deja de vivir cuando viene la hora. La hora del partido que se opone la selección a cualquier otro comparsa.
Todo se convierte entonces en desatino : calles que se vacian, almacenes y restaurantes que se cierran, empleados que no vienen al trabajo, empresas que se paran, las sesiones del Parlamento que se suspenden, cursos en los colegios que no se prodigan mas...
Desde el che apoltronandose en su sillón, saboreando su "Quilmes"febrilmente, hasta la mujer resignada detrás de su tablas de planchar, o el gato que no quiere mas ser el último que frecuenta las calles, no, ningún, para nada, faltaría el infalible.
Por miedo de que una única fuerza viva de la nación, que una única respiración vienen a faltar cuandos los "albicelestes" juegan.
Si, por desgracia, la selección ganaria (lo que occure bastante a menudo) la intensidad del desencadenamiento que ocurre solo tiene equivalente el silencio inquietante que lo precedió.
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