Siete colores en el pais de los Omaguacas

- Cerro de los Siete Colores, Purmamarca

Los niños de Purmamarca no entendían porqué sus padres los obligaban a vivir en este lugar y porqué ellos mismos elegieron vivir allí... El sol iluminaba algunas horas este valle profundo. La ladera oscura de los cerros alrededores, tachonado de cactus, de flacos algarrobos rodeaba su pueblo de una vela siniestra y gris. Los de Tilcara, de Humahuaca, Huacalera o Uquia aprovechaban de las aguas abundantes y vivas del Río Grande en las orillas del cual se estiraba parcelas de maíz o papas. Su valle se abría sin retención a los rayos benefactores de Inti.

Una noche, concertándose antes, los niños salieron sin ruido de su casa para encontrarse en la cumbre de la colina que dominaba su pueblo. Juntos, invocaron la Pachamama para que transforme su valle. Sensible a sus oraciónes, la Diosa Madre de la Tierra les pidió ir a buscar en su casa un objeto de cobre, otro de hierro. Dos de ellos complieron la misión y volvieron enseguida. Pero ninguno supo lo que hizo con estos objetos la Pachamama. Les había pedido regresar a su cama para que sus padres no se den cuenta de su ausencia.
Al amanecer, la montaña gris se había encendido cuando los primeros rayos de Inti la habían alcanzado. Siete colores habían aparecido arriba del pueblo que los científicos explicaron, siglos más tarde, por la presencia de óxido de hierro y de cobre en la tierra. Los niños de Purmamarca, ellos, guardaron en el fondo de su corazón el secreto del Cerro de los siete colores ...

- Fuente : inspirado de "La Leyenda del Cerro de los Siete Colores", cuento escrito por Lucila Guerini, alumna de segundo año del Sworn Junior College (Bs As), primer premio de literatura.

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